Hay un viejo adagio que dice que la gente tiene el gobierno que se merece. Nunca me ha gustado esa visión de la política electoral. Hay una cualidad punitiva en ella que siempre me ha molestado y nunca tanto como en los últimos dos años. Después de ver cómo el presidente Trump y sus cómplices atacan implacablemente a los inmigrantes, separan a los niños de sus padres en la frontera, hacen retroceder protecciones medioambientales fundamentales, recortan nuestro presupuesto nacional y socavan más de medio siglo de liderazgo mundial estadounidense, estoy bastante seguro de que la mayoría de los estadounidenses no quieren ni merecen nada de esto.
El 6 de noviembre, tenemos el poder de dejarlo más claro que nunca. Ese día (o antes, si en su estado se vota por anticipado), podrá acudir a las urnas en las elecciones de todo el país que determinarán el control del Congreso, las gobernaciones y los estados. Juntos podemos cambiar radicalmente el rumbo de la nación y reafirmar los valores en los que creemos.
Podemos decir inequívocamente que creemos que las familias deben estar unidas, y que el vínculo de los padres con sus hijos es sagrado y nunca debe romperse.
Podemos afirmar que creemos en un aire y un agua limpios, y que el cambio climático no es una cuestión partidista, sino humana, esencial para proteger el modo de vida de todos.
Podemos proclamar en voz alta que el derecho de las personas a recibir asistencia sanitaria forma parte de nuestro sistema de creencias, y que nunca se debe negar un seguro a nadie por tener una enfermedad preexistente.
Podemos dar fe de nuestra convicción de que nuestro gobierno federal tiene la responsabilidad moral y legal de ayudar y atender adecuadamente a todos los estadounidenses víctimas de catástrofes naturales, con independencia de su lugar de residencia, su lengua materna o el color de su piel.
Podemos declarar con orgullo que Estados Unidos es más fuerte cuando abraza su diversidad, y es esperanzador, empático y un faro de democracia para el resto del mundo.
Les animo a que hablen con amigos, familiares y vecinos sobre la jornada electoral. Háganles saber lo importantes que son estas elecciones para proteger los valores que compartimos. Háganles saber cuál es su visión de Estados Unidos. Háganles saber que les necesitamos. Nuestras familias y comunidades les necesitan. Y, ahora más que nunca, Estados Unidos los necesita.