16 de diciembre de 2015 (Nueva York, NY) - Hispanic Federation ha hecho pública la siguiente declaración en respuesta a la exclusión de las protecciones por quiebra para Puerto Rico en el Proyecto de Ley Ómnibus de Gastos del Congreso.
"Nos unimos a millones de puertorriqueños en la isla y en toda la diáspora puertorriqueña para expresar nuestra decepción e indignación por el hecho de que la Ley Ómnibus de Gastos del Congreso de EE.UU. no haya incluido protecciones contra la bancarrota y otras medidas para ayudar a Puerto Rico durante su crisis económica. A pesar de la clara y sombría realidad a la que se enfrenta el Estado Libre Asociado de EE.UU. y la defensa de miles de estadounidenses que han pedido a Washington que actúe, el Congreso ha perdido su mejor oportunidad para ayudar a Puerto Rico y ha dado la espalda a 3,5 ciudadanos estadounidenses que llaman hogar a la isla. Lamentablemente, los republicanos del Congreso se negaron sistemáticamente a aceptar sus obligaciones morales, fiscales y legales de representar y luchar por millones de ciudadanos estadounidenses en Puerto Rico que ahora se enfrentan a una crisis humanitaria sin precedentes.
Los líderes republicanos de la Cámara de Representantes y el Senado desoyeron por completo los llamamientos uniformes -incluidos los del Departamento del Tesoro de EE.UU.- para conceder a Puerto Rico poderes de quiebra y reestructuración de la deuda. Tampoco lograron remediar de forma justa y completa las desigualdades estructurales de larga data que dejan a la sanidad puertorriqueña infrafinanciada, aprobando sólo reformas sanitarias mínimas que no abordan adecuadamente el inminente déficit de financiación de la sanidad que amenaza con cerrar una red de seguridad vital y un importante motor económico para los puertorriqueños.
Tras este fracaso del Congreso, Puerto Rico se ve abandonado a su suerte. Con unos pagos de la deuda masivos e inminentes que vencen en las próximas semanas, el Congreso ha obligado esencialmente al gobierno de Puerto Rico a adoptar aún más medidas de austeridad y a cerrar servicios públicos vitales. El mensaje de los congresistas republicanos parece claro: Puerto Rico no importa.
Pero los hechos dictan que el Congreso acabará comprendiendo que Puerto Rico importa y que esta crisis no va a desaparecer. El pueblo de Puerto Rico, los 3,5 millones de ciudadanos estadounidenses, no va a desaparecer. Nosotros no nos iremos. Gracias al increíble liderazgo de nuestros congresistas puertorriqueños y a los miles de líderes comunitarios, sindicales, gubernamentales y religiosos que han unido sus fuerzas en los últimos meses, hemos visto el verdadero poder de la colaboración, en lo que se ha convertido en un movimiento nacional cuyo objetivo es hacer que el Congreso rinda cuentas por los ciudadanos estadounidenses que viven en Puerto Rico.
Aunque las acciones del Congreso son un revés, contamos con fuertes aliados en esta lucha, y junto a ellos seguiremos luchando hasta que el Congreso proporcione a Puerto Rico la ayuda que tan desesperadamente necesita. Nos organizaremos. Movilizaremos a los votantes. Haremos oír nuestras voces en el Capitolio. Seguiremos luchando por la justicia para Puerto Rico".
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