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Una medida masiva proporciona la ayuda necesaria para contrarrestar el impacto del virus mientras beneficia desproporcionadamente a las grandes empresas, pero no da acceso a las pruebas y el tratamiento del virus a todas las familias.
WASHINGTON, DC - El Senado aprobó a última hora del miércoles una legislación para frenar los paralizantes efectos sanitarios y económicos de la pandemia mundial de coronavirus que asola Estados Unidos, y ahora pasa a la Cámara de Representantes con ayuda para los trabajadores y los sistemas sanitarios, pero sin disposiciones clave de una propuesta de la Cámara que garantizaría ayuda para todas las familias, independientemente de su estatus migratorio.
La siguiente es una declaración de Frankie Miranda, Presidente de Hispanic Federation:
"Este es un primer paso crítico, pero en este estado de emergencia nacional, es vital que el Congreso apruebe y el presidente firme como ley medidas que proporcionen a todas las personas que viven en este país asistencia médica y alivio financiero por la pandemia del Coronavirus". El proyecto de ley de compromiso del Senado hizo grandes avances en la prestación de ayuda a muchos trabajadores que han perdido sus ingresos durante la pandemia, a los sistemas de salud críticos, incluidos los de Nueva York que están en extrema necesidad de aún más ayuda, y a las pequeñas empresas y organizaciones sin fines de lucro que están luchando para seguir siendo solventes y servir a sus comunidades.
"Desafortunadamente, la legislación bipartidista aprobada por el Senado se queda corta en su apoyo a muchos miembros de las comunidades latinas e inmigrantes, ya que la elegibilidad para muchos beneficios será determinada por el estatus migratorio.
"El coronavirus no pide papeles de inmigración. Los virus atacan indiscriminadamente, y es imprudente negar la atención médica crítica y el alivio financiero a cualquier estadounidense, incluidos los que tienen permisos temporales para vivir y trabajar en los Estados Unidos o son indocumentados, muchos de los cuales están en la primera línea de la lucha contra este virus, protegiendo nuestra economía y asegurando nuestro suministro de alimentos". (En 2017, se estima que 27.000 titulares de permisos DACA eran profesionales de la salud, según Center for American Progress).
"El coronavirus es un sobrio recordatorio para nuestra nación de que todos estamos juntos en esto, y juntos debemos garantizar que las pruebas y el tratamiento del virus, la ayuda alimentaria y económica y otros servicios sean accesibles a todas las personas durante esta crisis".
"Aunque apreciamos el alivio propuesto para las organizaciones sin ánimo de lucro y muchos trabajadores que han perdido sus ingresos durante la pandemia, no podemos celebrar la política de división en juego con respecto a nuestras familias, amigos y vecinos inmigrantes. Se trata de una crisis de salud pública, no de una diferencia ideológica.
"Esperamos que cuando el Congreso vuelva al trabajo después de su receso de primavera, y aborde el próximo proyecto de ley de alivio del Coronavirus, los miembros trabajadores de nuestras comunidades inmigrantes obtengan finalmente la ayuda que debería ir a todos los estadounidenses, independientemente de su estatus migratorio. No deberían tener que esperar".
