Hispanic Federation ha emitido la siguiente declaración en respuesta a las medidas ejecutivas que la Administración Obama acaba de hacer públicas en relación con la violencia armada en Estados Unidos.
"Hoy, el Presidente Obama ha anunciado una serie de importantes medidas para reducir la incidencia de la violencia armada en nuestras comunidades. Hispanic Federation se enorgullece de apoyar las reformas de sentido común del Presidente y le felicita por tomar la iniciativa en este importante asunto.
Los traumas psicológicos, las lesiones y las muertes causadas por las armas de fuego en nuestro país son una vergüenza nacional. Más de 30.000 estadounidenses mueren cada año como consecuencia de las armas de fuego. Y sólo en la última década, más de 20.000 niños estadounidenses menores de 18 años han muerto como consecuencia de las armas de fuego. Como hemos visto con demasiada frecuencia en los últimos años, nadie es inmune a esta violencia. Desde Columbine hasta Newtown y Charleston, estadounidenses de todas las edades, clases, sexos y razas corren el riesgo de sufrir lesiones o morir por armas de fuego.
En las comunidades latinas, la amenaza que suponen las armas es especialmente grave. Entre 1999 y 2013, casi 50.000 hispanoamericanos murieron como consecuencia de la violencia armada. La mayoría de esas víctimas eran jóvenes y víctimas de homicidios cometidos con un arma de fuego. En los barrios de todo el país, los latinos viven con miedo a la violencia armada y son desproporcionadamente sus víctimas.
Mientras mueren estadounidenses, el Congreso vacila. Las medidas ejecutivas del Presidente Obama son un primer paso importante para resolver la crisis de la violencia armada en Estados Unidos. Estamos especialmente satisfechos de que el Presidente haya abordado las lagunas e ineficiencias del sistema nacional de verificación de antecedentes, haya aumentado la aplicación de las leyes de control de armas existentes y haya realizado una nueva e importante inversión en el tratamiento y la atención de la salud mental.
En conjunto, puede que estas medidas no resuelvan nuestra crisis nacional de violencia armada, pero deberían ser una señal para el Congreso de que es inaceptable permanecer al margen mientras miles de estadounidenses mueren cada año. Queda mucho trabajo por hacer. Esperamos que el Congreso tenga el valor de hacerlo".
