14 de noviembre de 2005
Lillian Rodríguez López
Presidenta Hispanic Federation
Testimonio ante el Comité de Operaciones Gubernamentales del Ayuntamiento de Nueva York sobre la Ley de Restauración del Derecho de Voto
Buenas tardes:
Mi nombre es Lillian Rodríguez López, soy la Presidenta de la Hispanic Federation. En nombre de la Federación, me gustaría dar las gracias al Concejal Bill Perkins y al Comité de Operaciones Gubernamentales por reconocer la importancia de este asunto y por darme a mí y a otros la oportunidad de expresar nuestras opiniones sobre permitir a los residentes no ciudadanos documentados votar en las elecciones municipales de la ciudad de Nueva York.
Hispanic Federation es una organización de 90 agencias latinas de salud y servicios humanos que atienden a más de 1.000.000 de latinos en el área triestatal. Dentro del trabajo que realizamos, estamos muy comprometidos en educar a los latinos y a otras personas sobre la importancia de la participación cívica y el derecho al voto. En la última década, Hispanic Federation ha registrado a más de 75.000 votantes y ha animado a cientos de miles de latinos y otras personas a hacer oír su voz el día de las elecciones. Creemos firmemente que votar es una de las formas más efectivas para que las personas influyan en las decisiones electorales y de política pública que afectan a sus comunidades locales y a la nación.
En este contexto, la Federación apoya firmemente la Ley de Restauración del Derecho de Voto (Introducción 628-2005), que permite a los residentes documentados no ciudadanos votar en las elecciones municipales de la ciudad de Nueva York. Esta legislación no sólo es imprescindible para el empoderamiento de nuestras comunidades, sino que es vital para lograr realmente la igualdad política, económica y social.
Según cifras del censo, hay más de 1,3 millones de inmigrantes adultos no ciudadanos residentes en la ciudad de Nueva York que no tienen derecho a votar en las elecciones locales. Muchos de ellos vienen de todo el mundo en busca de mejores oportunidades y contribuyen en gran medida al crecimiento social, cultural y económico de las comunidades locales. Los hispanos representan una gran mayoría de esta comunidad. De hecho, las cifras del censo muestran que los hispanos representan el 37% del número total de residentes adultos no ciudadanos de la ciudad, muchos de los cuales son residentes respetuosos con la ley que trabajan en la ciudad, pagan su parte de impuestos, tienen a sus hijos escolarizados en colegios públicos y sirven en el ejército estadounidense.
Resulta desconcertante que los residentes hispanos no ciudadanos y otras personas no puedan expresar sus preocupaciones sobre las leyes que les rigen y los servicios públicos que utilizan. Según cifras oficiales, los residentes no ciudadanos del Estado de Nueva York contribuyen con unos 18.200 millones de dólares anuales en impuestos sobre la renta del Estado de Nueva York. Sin embargo, no pueden decidir cómo se gasta ni tienen representación política. La brecha entre el electorado y la población total suscita serias preocupaciones en cuanto a la rendición de cuentas del gobierno ante los residentes que no pueden votar, y a las responsabilidades cívicas que se espera que los inmigrantes asuman hacia sus comunidades.
Quienes están en contra de restablecer el derecho de voto a los inmigrantes legales argumentan que "los no ciudadanos no han hecho un juramento de lealtad a Estados Unidos y, por tanto, no se puede confiar en que voten en el mejor interés de este país, en contraposición a sus propios intereses o a los de su país de origen".
La realidad es que la mayoría de los inmigrantes documentados de Nueva York ya han echado raíces en sus comunidades y asumen todas las demás responsabilidades de la ciudadanía local. Ya tienen un interés inherente en unas calles seguras y limpias, una atención sanitaria de calidad, oportunidades de empleo y una mejor educación para sus hijos, al igual que los ciudadanos naturalizados y nacidos en casa de esta ciudad.
Para los residentes hispanos documentados, la necesidad de participar en el proceso electoral es fundamental
Los inmigrantes documentados hispanos representan el 37% de los 1,3 millones de residentes adultos no ciudadanos que pagan su parte de impuestos y contribuyen a la economía de la ciudad. Sin embargo, carecen de medios directos para participar en el gobierno local.
Los inmigrantes documentados hispanos tienen más probabilidades de enviar a sus hijos a escuelas públicas. Se calcula que los hijos hispanos de inmigrantes documentados residentes representan más del 20% de la población estudiantil de K-12. Sin embargo, no pueden expresar sus preocupaciones sobre los servicios públicos que afectan a sus hijos. Sin embargo, no pueden expresar sus preocupaciones sobre los servicios públicos que afectan a sus hijos.
La historia ha demostrado que el derecho al voto es un poderoso instrumento para la adquisición de derechos económicos, sociales y civiles y para la expansión de la democracia. El voto es un conducto indispensable para la defensa de los derechos civiles y humanos, la igualdad de oportunidades y la preservación de nuestro sistema democrático. En lugar de excluir de la participación política a una parte tan significativa de la población de la ciudad, debemos garantizar que todos los residentes legales de Nueva York en edad de votar tengan derecho a expresar sus opiniones e inquietudes a través del proceso electoral. Miembros del Comité, la ciudad de Nueva York tiene la obligación de proteger a todos sus residentes. La Ley de Restauración del Derecho de Voto ofrece a los residentes no ciudadanos la oportunidad de obtener igualdad social, económica y política. Muchas comunidades de Estados Unidos -por no mencionar más de veinte países de todo el mundo- reconocen este derecho inherente. Nosotros, como comunidad, apoyamos firmemente esta legislación y le instamos a que haga lo mismo.